¿Merece la pena una licenciatura en educación?
Si vas a solicitar plaza en una universidad, quizá te preguntes cuáles son las diferencias entre las instituciones públicas y las privadas. Aquí veremos en qué se diferencian las universidades privadas de las públicas.
Este artículo compara las instituciones públicas y privadas sin ánimo de lucro. Dentro del sector privado, también hay instituciones privadas con ánimo de lucro, que se gestionan como empresas con el fin de generar ingresos. Tenemos otro artículo que compara en profundidad las instituciones con y sin ánimo de lucro.
La principal diferencia entre los centros públicos y privados es su financiación. Los centros públicos son financiados principalmente por los gobiernos estatales, mientras que las universidades privadas se financian principalmente con sus propios fondos de dotación y las tasas de matrícula de los estudiantes. Las universidades privadas también pueden recibir aportaciones de donantes particulares, quizá a cambio de que los edificios lleven su nombre. (Las universidades públicas también reciben donaciones).
Otra diferencia importante entre las universidades públicas y privadas es el coste de la matrícula. Las universidades públicas están fuertemente subvencionadas por los gobiernos estatales, lo que les permite cobrar tasas de matrícula más bajas a los estudiantes. Los residentes en el estado reciben tasas de matrícula favorables en las universidades públicas basándose en la premisa de que sus impuestos financian a los gobiernos estatales. Las universidades privadas, por su parte, son más caras porque dependen en mayor medida de los pagos de matrícula de los estudiantes para cubrir sus gastos de funcionamiento. Las universidades públicas son casi siempre más baratas que las privadas.
¿Por qué merece la pena pagar la universidad?
El graduado universitario típico gana unos 650.000 dólares más que el graduado de secundaria típico a lo largo de una vida laboral de 40 años, según un nuevo análisis de los datos del censo y de los costes universitarios realizado por el Pew Research Center.
Por supuesto, esta diferencia no se aplica en todos los casos; algunos graduados de secundaria tienen ingresos altos y otros graduados universitarios tienen ingresos bajos. Además, el rendimiento económico de la universidad depende de varios factores, como el tipo de universidad a la que se asiste y el campo de estudio principal.
Pero por término medio, y tras tener en cuenta que un dólar ganado al principio de la vida laboral de una persona es más valioso que un dólar ganado al final de la misma18 , el análisis concluye que el graduado de secundaria típico o medio sin estudios superiores gana unos 770.000 dólares a lo largo de una vida laboral de 40 años. El trabajador típico con un título asociado (de dos años) gana alrededor de 1,0 millones de dólares, y el trabajador típico con una licenciatura y ningún título avanzado gana alrededor de 1,4 millones de dólares.
¿Merece la pena invertir tiempo y dinero en la universidad?
Como joven adulto, pensar en ir a la universidad es muy emocionante. Por otro lado, afrontar el coste de la matrícula y pagar los préstamos estudiantiles mucho después de graduarse no es tan emocionante, sobre todo cuando la carrera que uno quiere puede que ni siquiera requiera un título universitario. Esto lleva a mucha gente a preguntarse: ¿Merece la pena ir a la universidad?
Cada vez más estudiantes se preguntan si deberían gastar tiempo y dinero en ir a la universidad cuando pueden conseguir un trabajo bien pagado sin necesidad de obtener un título. La cuestión es la siguiente: nuestro mundo está cambiando muy deprisa, y hay montones de formas de adquirir valiosas habilidades profesionales sin ir a la universidad (ni pedir préstamos para estudios).
Pero para muchas otras personas, los beneficios sociales y profesionales de la universidad merecen la pena. Independientemente de lo que te convenga, esta importante decisión vital tiene sus pros y sus contras, por lo que es aconsejable que analices tus opciones detenidamente.
Antes de empezar a gastar dinero en visitas a los campus, solicitudes de admisión y matrículas, pregúntate: ¿Es la universidad la mejor manera de alcanzar mis objetivos profesionales? ¿Es la única manera? Tendrás que dedicar tiempo a pensar en tus aptitudes y en la carrera con la que sueñas. Después, investiga un poco para ver si los trabajos en ese campo profesional requieren una titulación. Si es así, el siguiente paso es ir a la universidad sin endeudarse.
¿Vale la pena ir a la universidad?
Cada vez son más los críticos que cuestionan la forma en que los medios de comunicación y otros grupos clasifican las universidades del país, argumentando que tales listas no ayudan ni a los estudiantes ni a sus familias y pueden ocultar mejores formas de juzgar la calidad de la educación superior. Millones de estudiantes de último curso de secundaria están eligiendo actualmente las universidades a las que solicitar plaza este otoño, y entre noviembre y enero deberán presentar las solicitudes para matricularse en el curso académico 2023-24. Mientras tanto, las universidades inundan cada otoño a los posibles solicitantes con materiales que promocionan sus mejores universidades. Las universidades, por su parte, inundan cada otoño a los futuros solicitantes con materiales que promocionan sus primeros puestos en las clasificaciones universitarias anuales de U.S. News & World Report: “Nº 1 en enseñanza año tras año”, proclama Carlton College, enlazando con su clasificación en U.S. News & World Report. “Top 20 Rutgers sube en la clasificación nacional”, dice la universidad pública de Nueva Jersey en su página web.
Pero U.S. News & World Report y otras clasificaciones similares están en el punto de mira, ya que se consideran cada vez más como motores que refuerzan la desigualdad de ingresos y de estatus. Parte de la metodología que subyace a las clasificaciones mide cualidades como la “reputación” y la “remuneración del profesorado”, aspectos que, según algunos críticos, no tienen nada que ver con la capacidad de una universidad para educar a los estudiantes. Y la caída de la Universidad de Columbia en la clasificación de este año, tras admitir que había enviado datos incorrectos a U.S. News, ha suscitado dudas sobre la calidad de la información presentada por las universidades, así como sobre la posibilidad de que algunas estén falseando sus datos para subir de estatus. “En la búsqueda incesante que hacen las instituciones postsecundarias -para subir en la clasificación- significa que las instituciones pueden comportarse de formas que no están al servicio del bien público”, señaló Tim Knowles, presidente de la Fundación Carnegie para el Progreso de la Enseñanza.